España es un país agrícola, es un país ganadero y es un país pesquero. Cientos de miles de agricultores trabajan sus pequeñas y medianas explotaciones y otros tantos cientos de miles se emplean en el sector para terceros. España es también uno de los países con mayor penetración de 'smartphones'; y un país con un emergente y cualificado sector de desarrollo de 'apps'. Sin embargo, estas realidades parece que todavía no se han cruzado en el mismo camino. Deberían intentarlo, porque hay ventajas para todos. 
 
Asociamos las 'apps' al entorno más urbano, los usuarios más jóvenes y, sobre todo, al sector servicios. Pero parece que no nos fijamos en el potencial que tienen, por un lado, las aplicaciones; y por otro, internet móvil para quienes viven fuera de la ciudad. No sólo eso: el uso de las 'apps' como herramientas de trabajo podría ahorrar muchos miles de euros a los profesionales de la agricultura, la ganadería o la pesca. 
 
Funcionalidades como la conexión vía satélite, el uso de la cámara o la geolocalización pueden sustituir lo que hasta ahora eran costosas herramientas en este tipo de labores.
 
Oferta muy escasa
Estados Unidos se sitúa en la vanguardia y ya cuenta con 'apps' para que agricultores y ganaderos mejoren su producción o cuenten con una mayor información. 'Apps' como Spray Guide ayudan a controlar la distribución de fertilizantes, y otras como Mobile Farm Manager facilitan toda la información sobre el campo y el contacto con los consumidores. 
 
En Reino Unido también he visto iniciativas como las de la compañía Bayer, que ha publicado varias 'apps' para el campo como Bayer Weed Spotter, dedicada a la gestión de semillas y del cultivo.
 
En España, por el contrario, la oferta es muy escasa. Las 'apps' dedicadas al sector primario son realmente rarezas. Una de ellas, y de gran utilidad, es Agroguía, creada por un equipo muy joven de desarrolladores españoles y que permite ahorrar miles de euros evitando que el tractor distribuya fertilizante en las mismas zonas; algo que, para quien no lo sepa, sucede a menudo. 
 
Sé que comienzan a arrancar otros proyectos, como el de la empresa Applantia, de Sevilla, pero es mucho el camino por recorrer e interesantes las mejoras que estas iniciativas pueden generar para el sector y nuestra economía.
 
Siempre cuento que mi madre se ha acercado mejor a la tableta que al PC, al que nunca se quiso acercar. Algo parecido -nos contaba Rubén Villanueva, responsable de Comunicación de COAG- ocurre en la agricultura. “En un sector como el de la agroganadería encontramos muchos profesionales mayores que, a pesar de la edad, seguro que prefieren trabajar con un 'smartphone' antes que desde un ordenador”, contaba Villanueva. 
 
Saquemos las 'apps' de la ciudad
No olvidemos que para usar el ordenador estos empresarios deben abandonar su oficina: el campo. Por el contrario, desde el móvil muchos de los factores que influyen de forma fundamental en su negocio están a un toque de pantalla. 
 
Las fluctuaciones de los productos en cada una de las lonjas regionales, el contacto con los clientes, la compra de productos a mayoristas, la medición y el tratamiento de tierras con datos vía satélite, la gestión veterinaria o la información de la cuotas de mercado y de las directivas europeas podrían dar sentido a esa oficina del agricultor, el pescador o el ganadero. Y todo en el bolsillo.
 
En Francia, se han dado cuenta y ya han puesto su talento a disposición del desarrollo de 'apps' de este género. Sus agricultores lo agradecerán. Y su industria también: la agrícola, la tecnológica y la de innovación. Hagamos lo mismo y saquemos las 'apps' de la ciudad.
 
Fuente:El confidencial

 

 Caja Rural Asturias
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