En 2050 la demanda de alimentos aumentará en un 60% por encima de los niveles actuales, una demanda que habrá que abastecer, y donde todos los eslabones de la cadena agroalimentaria tienen mucho que decir, desde el sector productor hasta el propio consumidor.

Los últimos informes de la ONU – FAO vaticinan un crecimiento de población en las próximas décadas vertiginoso, debido principalmente, al aumento de la esperanza de vida lo que viene ligado a unas mejores condiciones sanitarias en todo el mundo. Así, estiman que en 2030, con el ritmo de crecimiento de población actual, habrá 8.501 millones de personas sobre la faz de la tierra, cifra que se incrementará hasta los 9.275 millones en 2050 y a 11.213 millones en 2100.


 Ese nivel de crecimiento hará que en 2050 la demanda mundial de alimentos aumente un 60% con respecto a la actualidad, una demanda a la que habrá que darle alimento, y no solo eso, sino producir este alimento conservando los recursos naturales y en un marco caracterizado por un clima que ya está cambiando y afectando a las producciones agroganaderas a lo largo de toda la superficie terrestre.


Parece un objetivo difícil, y sería difícil si todo este cambio lo tuvieran que hacer los agricultores y ganaderos, pero es un problema que atañe a toda la cadena agroalimentaria, desde el agricultor hasta el consumidor.

Agricultores-científicos, una sinergia necesaria

En la actualidad, se produce una cantidad tal de alimentos que se podría abastecer a toda la humanidad, pero sigue habiendo 800 millones de personas que pasan hambre en el mundo. Podríamos pensar, que los agricultores y ganaderos de todo el mundo hacen bien su trabajo, y que el problema se encuentra en la distribución de los alimentos, lo cual no se aleja mucho de la realidad.

El problema radica en que, según últimos estudios, la agricultura ha alcanzado su nivel máximo de productividad con las tecnologías e insumos actuales, e incluso se ha visto una bajada de productividad debido a numerosos factores, entre ellos la resistencia de numerosas plagas a los productos agroquímicos utilizados y la degradación del suelo agrícola.

En este contexto, hay que añadir el cambio climático, que ya se empieza a notar en algunas zonas productoras de alimentos esenciales en todo el mundo. Y es que, nos guste o no, la actividad agrícola es dependiente de las condiciones climáticas, y si estas condiciones cambian de forma brusca, nuestros cultivos no podrán adaptarse a las nuevas condiciones y terminarán desapareciendo.

Todo esto nos hace ver lo importante que es la investigación e innovación agrícola, ya que solo a partir de la investigación aplicada a la agricultura nos permitirá adaptar esta al contexto de un clima cambiante, elevando la productividad, recortando la brecha entre los rendimientos actuales y los alcanzables y, al mismo tiempo, reducir el impacto ambiental. Esta investigación agrícola ha dado sus frutos en los últimos años, y ha proporcionado nuevas herramientas al agricultor como:

> Nuevas formas de nutrición para los cultivos. Como los biofertilizantes, productos creados a base de microorganismos benéficos del suelo, en especial bacterias y/o hongos, que viven asociados o en simbiosis con las plantas y ayudan de manera natural a su nutrición y crecimiento, además de ser mejoradores de suelo.

En este campo también se englobarían los bioestimulantes, otro tipo de sustancias de origen natural que promueven el crecimiento de los cultivos aumentando su productividad y salud.

Además, cada vez más agricultores están optando por el reciclaje de residuos de industrias cercanas para utilizarlos como biomasa en el campo, con lo que se obtiene un doble beneficio: se da una nueva vida a residuos que podrían terminar en el vertedero disminuyendo el uso de abonos químicos.

> Nuevos productos y técnicas para luchar contra las plagas. En este campo se está recurriendo a unos seres vivos que siempre han estado ligados a la producción agrícola, los insectos. Cada año aparecen nuevas investigaciones en el campo de control biológico de plagas, es decir, utilizando a depredadores naturales para combatir las plagas, y se están llevando a cabo estudios, sobre como potenciar y mejorar el trabajo de estos aliados para el agricultor.

Además, muchas sustancias que producen los insectos tienen actividad insecticida y germicida, y muchos investigadores se han lanzada a buscar y crear nuevas formulaciones a partir de estos compuestos para combatir las plagas. En este campo, también se está recurriendo a sustancias naturales que secretan algunos tipos de plantas con actividad pesticida. En resumen, se está cambiando el uso de pesticidas por los biopesticidas.

> Nuevas tecnologías para ayudar al trabajo de campo. En los últimos años, muchos investigadores y agricultores, han adoptado las herramientas desarrolladas en otras disciplinas de la ciencia para aplicarlas al campo, como es el caso de la robótica. Este campo ha creado una serie de robots que permiten al agricultor aumentar su eficiencia en las tareas de campo.

Una rama de la robótica que ha tenido una gran entrada en la agricultura es la drónica. Cada año surgen nuevos drones, y aplicaciones para estas unidades voladoras, que permiten monitorizar la finca para ver donde se necesita tratamiento fitosanitario o una dosis adicional de riego, hasta la pulverización de tratamientos contra plagas.

La informática también ha acudido al socorro de la agricultura, con la implementación de la tecnología Big Data en las plantaciones, que ha permitido a los agricultores analizar una gran cantidad de datos para mejorar la toma de decisiones en sus fincas y prever el futuro cercano.

> Nuevos técnicas de producción. Debido a la degradación del suelo y a la especulación con las tierras de cultivo en los países en vías en desarrollo, los agricultores se están quedando sin tierras para plantar, por esto, se han desarrollado nuevas técnicas de cultivo, como la hidroponía, en la que se establece una cultivo en ausencia de suelo, dispuestos en un sustrato sintético y con una solución de nutrientes para que puedan crecer.

Esta técnica ha evolucionado en otra en la que se combina la producción vegetal y la acuicultura, la acuaponía: mismo espacio, doble producción. E, incluso, grandes gigantes tecnológicos se han fijado en esta técnica y han creado verdaderas fábricas de vegetales de producción intensiva, donde el cultivo se dispone tanto en superficie como en altura.

La investigación agrícola es una apuesta de futuro, es un campo que hay que explotar y financiar, solo así podremos dar al agricultor las herramientas necesarias para romper esas barreras de productividad, y hacerlo de la forma más sostenible posible. 

Desde IDEAGRO, trabajamos en pro de una agricultura y una cadena agroalimentaria más sostenibles, buscando no solo ayudar a que los agricultores y ganaderos puedan ser competitivos y disponer de una explotación rentable, sino que además puedan ser innovadores, y disponer de los últimos avances para que al consumidor final lleguen siempre productos agroalimentarios de la mejor calidad posible, y con elevados niveles de seguridad alimentaria.

En la actualidad, trabajamos con cientos de productores, no solo de España sino a nivel internacional para promover el uso de soluciones naturales en agricultura como los bioestimulantes, el uso de buenas practicas agrícolas, y sobre todo el uso y adopción de las nuevas tecnologías... Nuestra filosofía de 'hacer más con menos' se adapta completamente a las necesidades del mañana, y es que para poder satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, hemos de trabajar juntos y buscar siempre aquellas soluciones que permitan maximizar los recursos disponibles.

Para ello, en 2015 hemos ampliado nuestras instalaciones, y en la actualidad disponemos de un laboratorio de ensayos propio, y un equipo de profesionales altamente cualificado que nos permite aprovechar los últimos avances, investigaciones, desarrollos y tecnologías para que nuestros clientes, tengan siempre a su alcance la mejor alternativa posible. Nuestras colaboraciones con empresas a nivel mundial, también contribuyen a que podamos ofrecer siempre una amplia gama de soluciones integrales para mejorar la competitividad de agricultores y ganaderos sea cual sea el ámbito de actuación.

 

fuente: IDEAGRO

 Caja Rural Asturias
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